En el mundo del cine, hay historias que trascienden la pantalla para adentrarse en el corazón de quienes las ven. “Abril se fue en noviembre” es uno de esos cortometrajes que deja una huella indeleble en el alma del espectador. Para adentrarnos más en la esencia de esta emotiva obra, tuve el privilegio de conversar con Rosa Cabrera, la talentosa directora que compartió su experiencia personal para dar vida a esta conmovedora historia.
Rosa nos cuenta que la idea de “Abril se fue en noviembre” surgió de una vivencia íntima y dolorosa en su propia vida. “La pérdida de un ser querido es una experiencia que transforma profundamente nuestra existencia”, comparte. “Quise plasmar esa sensación de vacío y esperanza que se entrelazan en esos momentos difíciles”. La dirección de “Abril se fue en noviembre” se distingue por su sensibilidad y sutileza al explorar el proceso de duelo. “Quería capturar la complejidad de las emociones que surgen cuando enfrentamos la pérdida”, explica Rosa. “Desde la tristeza más profunda hasta los destellos de esperanza que nos impulsan a seguir adelante”.
Uno de los elementos más impactantes del cortometraje es la forma en que la naturaleza se convierte en un personaje más de la historia. “La naturaleza tiene una capacidad asombrosa para sanar y renovar”, comenta Rosa. “Quise reflejar esa conexión entre el entorno natural y la experiencia humana de la pérdida, mostrando cómo la belleza del mundo que nos rodea puede ser un bálsamo para el alma herida”.
A pesar de la profundidad del tema, “Abril se fue en noviembre” no es una historia de desolación, sino de resiliencia y esperanza. “Quiero que los espectadores encuentren consuelo y fuerza en la historia”, comparte Rosa. “Que comprendan que, aunque el dolor sea abrumador, siempre hay una luz al final del túnel, una razón para seguir adelante”.
El cortometraje no solo transmite un mensaje potente, si no una experiencia de una dolorosa realidad, desde el punto de vista de un ser querido ¿Te atreves a vivirlo?